TEMPERATURA

Los hurones tienen una temperatura corporal mucho más elevada que la del cuerpo humano, por ello y por otros motivos los hurones pueden llegar a sufrir un golpe de calor con gran facilidad pudiendo provocarles la muerte.
Para evitarlo debemos estar atentos siempre a que la temperatura ambiental no supere los 22 o 23 grados y que las almohadillas de las patitas no enrojezcan, y de los posibles jadeos o babeos.
Es recomendable refrescar al hurón de varias maneras (si no se dispone de aire acondicionado): poniéndole en la jaula petacas de agua congelada (las mismas que las de camping) o en su defecto botellas de agua congelada, aunque estas últimas las tendremos que cambiar con más frecuencia.
Si se les pone un ventilador, es aconsejable que no les dé directamente el aire, pues podrían resfriarse.